Actividades para enseñar el fruto del Espíritu
Escrito por Renee Miller ; última actualización: February 01, 2018Gálatas 5:22-23 nombra los nueve frutos del Éspíritu. Ellos son el amor, la dicha, la paz, la paciencia, la amabilidad, la bondad (benevolencia), la fidelidad, la ternura y el auto control. La mayoría de los chicos aprende ésto en la escuela dominical pero puede no entender del todo los significados o cómo "crecen" esos frutos. Estos juegos son importantes ya que enseñan hasta a los adultos nuevas formas de ver los frutos y a cómo aplicar lo que aprenden en sus vidas cotidianas.
Una manzana es una manzana
Este ejercicio es un rápido estudio acerca de cómo crecen los frutos. Entrega árboles de cartulina. Reparte pequeñas formas de frutos a cada persona para poner en el árbol. Una persona tendrá un manzano, otra un naranjo, hasta que todos tengan un árbol que produzca algún tipo de fruta. Ahora, insiste en que cada persona haga que el árbol cargue con otro tipo de fruta. No le pueden pedir prestado a nadie de la clase. Deben decirle a sus árboles que cultiven otro tipo de fruta y concentrarse con todas su fuerzas en que así lo haga.
Por supuesto es en vano siquiera intentarlo. Uno no puede empeñarse en hacer crecer algo que no está plantado allí. De la misma manera, enseña que cada fruto del Espíritu crece naturalmente. No es algo que alguien pueda forzar a través de la modificación del comportamiento o de la fuerza de voluntad. A medida que la persona se sumerge en el mundo de Dios, el cual es además como un jardín, y desarrolla una relación con El Señor, el Espíritu Sagrado deposita la semilla, la que permitirá entonces que estas características crezcan con naturalidad. Esto libera a la gente de sentirse culpable cuando se relaciona con la impaciencia o el auto control o les han dicho que deben trabajar duro para mostrar estas cualidades que sólo el tiempo y el crecimiento pueden generar.
Identificando los frutos
Esta actividad es muy buena para realizar con adultos. El Mateo 7:20 estipula que según los frutos de una persona, la reconocerás. Debate acerca de los nueve frutos del Espíritu y de ejemplos de cómo una persona porta varias de sus características. Haz que cada persona escriba su nombre en un trozo de papel. Recoge los papeles, luego redistribúyelos en toda la sala, asegurándote de que nadie se quede con su propio nombre. Pide a los participantes, si conocen bien a la persona del papel, que escriban un fruto que ven en la vida de la misma. Continúa con este ejercicio hasta que cada persona haya tenido la oportunidad de escribir un fruto. Devuelve los papeles a sus dueños y deja que lean algunos de los comentarios o frutos. Ésto puede ser estimulante para la gente, mostrando que están en el camino correcto.
A través del laberinto
Reparte laberintos impresos a cada estudiante. Incluye nueve frutos separados por intervalos dentro del laberinto en el cual los niños escribirán uno de los frutos del Espíritu nombrados en Gálatas 5:22-23. La primera persona en finalizar el laberinto gana. Otra variante de este juego es enumerar los nueve frutos en el laberinto y ver si los niños pueden atravesarlo, pasando los nueve frutos en el orden en que están enumerados en los versos.
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