Cómo hacer CO2 líquido

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Hemera Technologies/AbleStock.com/Getty Images

El dióxido de carbono (CO2) es un gas a temperatura y presión estándar y compone cerca del 0,04 por ciento de la atmósfera de la tierra. El dióxido de carbono líquido es más fácil de transportar que el mismo elemento en estado gaseoso y se utiliza en la industria química y la refrigeración. Es un componente inusual, debido a que, en condiciones estándar, de su estado sólido se evapora (sublima) directamente al gaseoso. La licuefacción requiere la aplicación repetida de enfriamiento y presión.

Identifica la temperatura crítica del dióxido de carbono, que es de 88 grados Fahrenheit (31,1 C). Ésta es la temperatura máxima en la que puede permanecer en estado líquido. Por lo tanto, durante el proceso de licuefacción del dióxido de carbono, debe mantenerse el líquido por debajo de esta temperatura.

Determina la presión mínima necesaria para mantener el dióxido de carbón en estado líquido. El dióxido de carbono debe estar presurizado a por lo menos 5,1 atmósferas terrestres para permanecer en estado líquido, sin importar cuán frío esté.

Comprime el dióxido de carbono a unas 56 atmósferas a temperatura ambiente. Este método es el más sencillo de demostrar, pero también el más ineficiente y por ello, rara vez se usa comercialmente.

Haz que el dióxido de carbono trabaje contra alguna fuerza externa. Enfría el dióxido de carbono y empújalo contra una turbina. El gas perderá energía al realizar un trabajo y su temperatura bajará aún más. Eventualmente, perderá la energía suficiente como para convertirse en un líquido.

Usa el efecto Joule-Thomson para convertir el dióxido de carbono en un líquido. Bombea el gas en un contenedor bajo presión a través de una válvula de una vía. Libera la válvula para que el gas se expanda y se enfríe al hacerlo. Repite el proceso hasta que todo el gas se convierta en un líquido.