El sulfato de aluminio versus el sulfato de cobre para el control de algas
Escrito por Debra Durkee ; última actualización: February 01, 2018Las algas pueden convertirse rápidamente en un problema en los estanques, piscinas y fuentes de agua del patio de una vivienda. Hay una amplia variedad de productos disponibles para el control de algas, pero procesar toda la información para elegir el indicado puede ser difícil. Tanto el sulfato de cobre como el de aluminio se usan en el tratamiento y control de algas, pero son compuestos químicos muy diferentes entre sí.
Cómo funciona el sulfato de aluminio
El sulfato de aluminio actúa controlando primero la cantidad de fósforo disponible en el agua. Cuando este nutriente se encuentra en concentraciones elevadas en el agua (donde suele acumularse debido al escurrimiento de los fertilizantes), el crecimiento resultante de las algas puede cubrir el cuerpo de agua. Cuando el sulfato de aluminio es activado por el agua, forma un compuesto químico llamado hidróxido de aluminio. Este compuesto reacciona con el fósforo, uniendo los compuestos y eliminando el fósforo del agua. Una vez que las algas pierden esta fuente alimenticia, comenzarán a morir. Dado que el fósforo también posibilita que las algas se reproduzcan, ya no habrá un crecimiento a gran escala.
Cómo funciona el sulfato de cobre
El sulfato de cobre mata directamente a las algas, pero dependiendo de la alcalinidad o la acidez del agua, su efectividad puede disminuir drásticamente. Cuando se mezcla con agua dura, el sulfato de cobre forma un compuesto conocido como carbonato de cobre y se vuelve inefectivo. Para que sea efectivo, la alcalinidad total debe estar entre 50 y 250 partes por millón (ppm). El sulfato de cobre está disponible tanto en polvo como en cristales, y debe disolverse antes de aplicarse en el estanque. Su asequibilidad lo ha convertido en un químico popular para el control de algas, pero su aplicación tiene que ser exacta para evitar un efecto negativo.
Toxicidad para los peces
El sulfato de aluminio y el compuesto en el que se convierte al entrar en contacto con el agua (hidróxido de aluminio), no son tóxicos para la vida vegetal ni para los peces ni para cualquier clase de vida salvaje que pueda estar presente en el estanque cuando se aplica el compuesto químico de manera correcta. Suele aplicarse con otro compuesto, el aluminato de sodio, que mantiene la composición del agua a un nivel consistente para evitar posibles fluctuaciones en la química del agua. Sin embargo, el sulfato de cobre puede ser altamente tóxico para los peces. La aplicación de este compuesto químico puede resultar fatal para todos los peces en el estanque, especialmente cuando la alcalinidad total del agua es muy baja. Cuando el sulfato de cobre se convierte en carbonato de cobre, este químico ya no se descompone y, en cambio, se deposita en el fondo del estanque. Si esta acumulación se incrementa demasiado, puede matar a la vida vegetal que crece en el estanque y crear más problemas dentro del ecosistema.
Recomendaciones
El sulfato de cobre no debería usarse en aguas con baja alcalinidad, aguas que ya han desarrollado varias floraciones de algas o aguas que contienen peces u otras formas de vida altamente susceptibles a los cambios químicos. Tampoco debería usarse en aguas donde la vida salvaje depende de los microorganismos e invertebrados como fuente de alimento, ya que estos pueden morir rápidamente y el eslabón más bajo de la cadena alimenticia podría colapsar. El sulfato de aluminio es un compuesto mucho más seguro, aunque es más caro que el sulfato de cobre. Además, el sulfato de aluminio ayudará a eliminar el olor y hará que el agua luzca más cristalina, además de eliminar las algas.