El efecto de la lluvia ácida sobre la germinación de las semillas y plantas
Escrito por Aruna Murthy Anaparti ; última actualización: February 01, 2018La lluvia ácida es perjudicial para las plantas, los animales, los edificios y objetos similares. Reduce la fertilidad del suelo y causa daños a largo plazo para los ecosistemas acuáticos, los bosques, los cultivos y todo otro tipo de vegetación. La lluvia ácida contribuye al crecimiento de plantas atrofiadas. En las hojas, causa supresión de la fotosíntesis y daño tisular, e incluso inhibe la germinación de las semillas.
¿Qué es la lluvia ácida?
La lluvia ácida se refiere a cualquier precipitación que tenga un valor de pH menor que el agua normal de lluvia. Todo lluvia es naturalmente ácida en cierta medida debido a la formación de ácido carbónico por la combinación de dióxido de carbono con agua. Cualquier agua de lluvia con un pH de menos de 4,6 se considera como ácida. Lo ácido también puede darse de forma natural en forma de nieve, aguanieve, granizo, rocío, escarcha o niebla. Los principales contribuyentes a esta acidez son los combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, que generan dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno cuando se queman. Ellos forman ácido sulfúrico y nítrico que se disuelven en las gotas de agua y después caen en forma de lluvia ácida.
Inhibición de la germinación de semillas
En un experimento realizado por John G. McColl y Robert Johnson, se encontró que en niveles de pH de 2,0 y menos, el porcentaje de germinación exitoso de las plantas como el abeto de Douglas y el pino Ponderosa se redujo en un 30%, y los que lograron germinar finalmente murieron después de los ataques de hongos. Además, el ácido sulfúrico y nítrico a niveles de pH de 2,0 fueron asperjados durante 12 semanas en las plántulas que tenían menos de dos años y fueron plantadas en suelo granítico nativo. En dichas plantas, las agujas desarrollaron quemaduras de ácido y puntas marrones y, con el tiempo, las plántulas se marchitaron y murieron.
Reducción de los nutrientes
La lluvia ácida impulsa la absorción de los nutrientes de las plantas como el calcio, el magnesio y el potasio del suelo debido a los iones de hidrógeno presentes en ella. Este es un revés para la salud y el crecimiento de la vida vegetal. También cambia los iones de aluminio presentes en hidróxido de aluminio, lo cual afecta directamente el crecimiento de las raíces y reduce la absorción de calcio. Los bajos niveles de pH en la humedad de las plantas pueden dañar a la población de microbios esencial para la descomposición de la materia orgánica en el suelo, ya que es la fuente de nutrientes para las plantas como fosfatos y nitratos.
Aumento de las toxinas
La lluvia ácida mejora la solubilidad de diversos metales tóxicos en el aire y el suelo, tales como los iones de mercurio, el cadmio, el zinc, el cobre, el cromo y el aluminio. Estas toxinas en el medio ambiente generan un retraso en el desarrollo y crecimiento de la planta y una disminución en el número de bacterias necesarias para completar el ciclo de nitrógeno.
Supresión de la fotosíntesis y daño tisular
El agua de lluvia con un valor de pH bajo debilita las plantas al dañar la superficie de las hojas. Así se desnudan las hojas de su capa protectora, lo que genera la pérdida del exceso de humedad y se produce deshidratación. Esto permite que el ácido entre en el sistema, desplazando el agua y reduciendo la absorción de dióxido de carbono. Como resultado, el proceso de fotosíntesis sufre en gran medida. Las plantas con hojas dañadas no pueden sacar los nutrientes suficientes y se vuelven susceptibles a las toxinas. La lluvia ácida a menudo trabaja en conjunto con los contaminantes del aire, los insectos, las enfermedades, la sequía y el frío. Esto hace que la planta se vuelva lo suficientemente débil como para sucumbir a uno de estos factores externos.