Cómo meterse en un personaje para interpretar una escena

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El arte de la interpretación conlleva tener que vivir durante un tiempo siendo una persona diferente dentro de una realidad también diferente. Si asumes esto, no sólo te resultará más fácil meterte en la piel del tu personaje, sino que también éste será más creíble para el público y para tus compañeros de reparto. Para un actor, la situación es el factor dominante. En la vida cotidiana, te introduces en las situaciones teniendo en mente las circunstancias del momento, no tu personalidad o tu carácter. Eso mismo se puede aplicar cuando te conviertes en un personaje: debes transformarte en esa persona, con todos sus pensamientos, complejidades e idiosincrasia.

Estudia tu personaje. Debes conocer sus características físicas, así como su estado emocional y mental. También tendrás que saber cuál es la historia de tu personaje y conocer tanto el contexto como el período histórico en que desenvuelve. De esa forma podrás comprender la intencionalidad del personaje detrás de cada línea. Di tus frases empleando el mismo proceso mental que crees que emplea tu personaje.

Utiliza las frases y el lenguaje corporal para comunicar tu personaje. Cada línea debe ser ensayada teniendo en cuenta las intenciones que has descubierto en él, para poder demostrar quién es realmente tu personaje. Considera cada intención como algo positivo. Si tu personaje tiene frío, podrás establecer conexiones emocionales más intensas con el público si comunicas que tu personaje está buscando calor.

Actúa para la audiencia privada de tu personaje; todos tienen una. Podría tratarse del padre al que ha decepcionado o del profesor al que quiere hacer ver su error. Este público privado está todo en la mente; es posible que aparezca en la obra, pero también puede que no. Compónlo a partir de tu propia experiencia si es necesario. Recurrir a emociones propias que estén relacionadas con la situación te ayudará a manifestar las de tu personaje.

Practica la caracterización de los otros actores que hay en escena. Reflexiona sobre la forma en que tu personaje ve a los demás y sobre lo que piensa de ellos. Tal vez vea a uno como inferior a él y a otro como adorable o peligroso. Debes asimilar esos sentimientos que tu personaje tiene hacia el resto cuando ensayes tus líneas con ellos. Aunque estés callado, deberás mostrar esa forma de sentir a través de la mirada y de las expresiones.