Plantas acuáticas con características adaptativas especiales

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Las plantas acuáticas se han adaptado de muchas formas especiales para lidiar con sus entornos. Hay muchos tipos de plantas acuáticas, cada una con distintas características de adaptación; estas plantas pueden ser totalmente flotantes, sumergidas o parcialmente sumergidas, como en el caso de muchas especies de plantas de pantanos y humedales.

Lirio acuático

El lirio de agua es un ejemplo de una planta flotante. Las plantas flotantes crecen en la superficie del agua y están ancladas con sus raíces a la parte inferior del cuerpo de agua. Los lirios de agua se han adaptado de manera que los cloroplastos están presentes solo en la superficie de las hojas que están expuestas al sol. Los cloroplastos contienen los pigmentos que absorben la luz solar para la fotosíntesis, una reacción que las plantas necesitan para crear energía. Como el otro lado de la hoja se sumerge de forma permanente, no necesitan cloroplastos. Otra adaptación importante de los lirios de agua es la extensión lateral de la canopia. Mientras que los árboles en la tierra crecen hacia arriba, porque sus hojas compiten por la luz solar, el lirio de agua se expande a través de la superficie del agua para una exposición óptima, ya que las plantas acuáticas altas no suelen dominar sus aguas. Los lirios de agua dependen de la tensión superficial del agua para anclar sus hojas, lo que los hace sobresalir en los estanques de agua dulce y en lagos, donde el agua es típicamente quieta y tranquila.

Antocerotes

El antocerote es un tipo de planta acuática que está completamente sumergida en el agua. Las plantas sumergidas pueden o no tener un sistema de raíces, ya que el papel del sistema de raíces se reduce meramente a la de un ancla en el suelo bajo el agua. Estas plantas no tienen raíces, pero se han adaptado para difundir nutrientes por todo el cuerpo de la planta sin ellas. Además, las estructuras tales como el xilema y el floema, que son responsables de la retención de agua, la distribución de nutrientes y el soporte estructural están ausentes en los antocerotes, para que todo esto se consiga mediante la suspensión y el movimiento del agua y de los nutrientes a través de su medio ambiente acuático. Aunque la mayoría de las plantas requieren material estructural pesado para crecer y fortalecerse, el cuerpo de la plantas es mínimo en este sentido, por su composición de luz y debilidad ofrece menos resistencia al agua circundante, y por lo tanto mayor resistencia a posibles daños.

Totora

La totora es un ejemplo de una planta parcialmente sumergida. Pueden encontrarse en pantanos, ciénagas y humedales, ya sea con la inmersión permanente o estacional de agua. La totora tiene hojas cerosas que la protege del agua, así como los cloroplastos en ambos lados para aprovechar el sol cuando están sumergidas. Estas plantas se han adaptado a los cuerpos delgados como canales con el fin de ofrecer una mínima resistencia a los fuertes vientos y a la superficie del agua, al balancearse a un lado en lugar de rasgar o desgarrarse. También tienden a ser altas, para garantizar una cierta porción de emergencia para absorber luz del sol. La totora se ha adaptado de manera muy eficiente en lo que respecta a la reproducción. Debajo de la superficie del agua, la planta se propaga por las estructuras llamadas rizomas, mientras que la flor café localizada en la parte superior de la planta está densamente llena de semillas. El viento y la corriente de agua esparcen estas semillas con facilidad, lo que permite a la totora reproducirse rápidamente.