Cómo probar una termocupla

Las termocuplas son uniones de segmentos de dos metales diferentes. El uso más común de las termocuplas se da cuando se unen restos fragmentos de metal al final de un cable. Debido a que éstos metales son diferentes, reaccionan de distinta forma ante la temperatura. A cualquier temperatura dada, hay un potencial eléctrico que se desarrolla en la unión de estos metales, los cuales crean un valor de voltaje. Los termómetros electrónicos miden este voltaje y lo traducen a una temperatura que puede leerse, usualmente, en una pantalla digital.

Revisa la continuidad en la termocupla con un medidor de resistencia. Una termocupla se compone normalmente de dos cables unidos en sus extremos. La resistencia en el extremo de los cables debe ser mínima; menos de un ohmio.

Conecta la termocupla a tu termómetro digital. Ten cuidado con la polaridad de los cables. Para una termocupla de tipo J, el cable azul es el positivo y el rojo es el negativo. Muchas termocuplas vienen con un conector que le permite ser medida por un termómetro digital sólo en la polaridad correcta.

Revisa la termocupla a la temperatura a la que se congela el agua. El agua se congela a 32 grados Fahrenheit. Ubica la termocupla en una taza con agua en el congelador y espera a que la lectura del termómetro marque 32 cuando el agua se congele.

Revisa tu termocupla a la temperatura a la que hierve el agua. El agua hierve a 212 grados Fahrenheit. Ubica la termocupla en una olla con agua sobre el fuego. A medida que el agua empieza a hervir, la lectura de la temperatura del termómetro digital debe indicar 212 grados Fahrenheit.

Registra cualquier diferencia en la temperatura entre la lectura del agua hirviendo y la del agua congelándose. Esta medida se puede usar como la cantidad de error presente en la termocupla y en el termómetro digital.