El uso de un refrigerador en microbiología

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Bacteria Colonies image by ggw from Fotolia.com

En microbiología, los científicos utilizan refrigeradores para crear un entorno para replicar células y para llevar a cabo experimentos en algunas de éstas para determinar cómo es que las afectan las bacterias u otros microorganismos. Los tipos de células generalmente dirigidas para refrigeración son microorganismos llamados "mesófilos" y "psicotrópicos". Los científicos normalmente tienen tres usos para las células de refrigeración los cuales son, el almacenamiento para su uso posterior, evitar el crecimiento excesivo de éstas y reducir la tasa de actividad celular para evitar que aparezcan mutaciones y microorganismos bacteriales adicionales.

Almacena células para uso posterior con refrigeración. La mayoría de las bacterias son organismos unicelulares. Si éstas se reproducen, habrá más células. Un microorganismo común que se desarrolla entre los 25 grados Celsius (77 grados Fahrenheit) y los 40 grados Celsius (104 grados Fahrenheit) se llama un mesófilo. Estos microorganismos crecen bien dentro de los cuerpos de los animales de sangre caliente. Almacenarlos en el refrigerador les impide seguirse multiplicando.

Cuando se cultivan bacterias en cajas de Petri, la mejor práctica es cultivar colonias aisladas. Éstas proporcionan características cualitativas que pueden utilizarse para comparar con otras colonias que crecen en el mismo medio. Las colonias son grupos de bacterias que han crecido de una célula bacteriana. Por ejemplo, la "Colonia 1" se originó de la incubación y crecimiento de la "Célula bacteriana 1". La refrigeración mantiene las colonias individuales de masificación y asegura que estén aisladas.

Refrigera las células para evitar la sobrepoblación. La temperatura más baja desacelera los cambios que un microorganismo puede experimentar a temperatura ambiente, impide que los procesos celulares ocurran rápidamente y retarda el crecimiento y muerte celular. La refrigeración inhibe también que ocurra la tasa de reacciones químicas y a su vez, reduce el crecimiento de otros microorganismos a los cuales se les llama "psicotrópicos". Generalmente, éstos sólo crecen a temperaturas ambiente, pero pueden también desarrollarse en un medio refrigerado, aunque no en grandes cantidades. Aunque es poco probable que éstos microorganismos aparezcan en células en estado de refrigeración, los científicos verifican su presencia y determinan si crecerán a pesar de la refrigeración.

La refrigeración mantiene las sobrepoblación de células. Si esto ocurre, los nutrientes en el medio de crecimiento se agotan. Las células mueren sin nutrientes. Demasiadas células también llevan a más desechos tóxicos. Las células no pueden desarrollarse en sus propios residuos.

Un ambiente de temperatura controlada también permite probar cómo otras variables afectan el crecimiento de la célula.

Suspende la baja actividad o estado inactivo con la refrigeración. Las células pueden mutar a medida que se dividen, de modo que la refrigeración evita los cambios en los organismos. Por ejemplo, algunos experimentos necesitan de cierta cantidad de tiempo con el medio (por ejemplo, el azúcar) para determinar lo que es la reacción y qué tipo de bacterias se producen con el medio. Colocar el tubo de ensayo en el refrigerador después de que el experimento se ha realizado para un determinado tiempo hace que se detenga la ocurrencia de futuros cambios. De esta forma, los resultados pueden ser registrados.

Debido a que la mayoría de las bacterias y otros microorganismos crecen rápidamente a temperatura ambiente, la refrigeración permite a los científicos supervisar los efectos de cómo los microorganismos mutan o se multiplican cuando se combina con diferentes tipos de medios (como por ejemplo, en alimentos o azúcar). Sería imposible registrar este tipo de efectos a temperaturas ambiente debido a la tasa exponencial de crecimiento de los microorganismos en un ambiente sin refrigeración.