Cómo remover el óxido del hierro galvanizado

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El hierro galvanizado es un tipo único de metal que debe ser tratado con cuidado cuando estás removiendo óxido. Al principio, podrías pensar que puedes utilizar cualquier químico que remueva óxido, pero lo que no sabes es que la mayoría de esos químicos removerán la cubierta galvanizada que hace que ese tipo de hierro sea ideal para usos en exteriores, especialmente si contienen fósforo. La mejor manera de remover el óxido del hierro galvanizado requiere de una combinación de tácticas que quiten el óxido mientras dejan el galvanizado intacto.

Limpia el hierro galvanizado. Si tienes una pieza grande de metal, lávalo a presión para remover tantas escamas de óxido como sea posible. Si el objeto es pequeño, lávalo con una manguera de jardín. Una vez que el objeto está lavado, límpialo con un trapo que tenga tres gotas de detergente líquido. Esto removerá el polvo, la suciedad y la mugre de manera que las áreas oxidadas sean más fáciles de detectar.

Mezcla tu ácido oxálico. El ácido oxálico, también llamado blanqueador para madera, viene en forma de polvo y generalmente se mezcla con agua para formar un líquido. Para tratar óxido en hierro galvanizado, sin embargo, mide varias tazas del polvo en el balde de plástico, entonces añade una taza de agua a la vez hasta que la pasta espesa formada pueda esparcirse, pero que no escurra. Colócate tus guantes y lentes durante este paso y en los siguientes.

Esparce la pasta de ácido oxálico en las manchas de óxido. Cúbrelas completamente, y deja que la pasta se asiente en las manchas por cinco a 10 minutos. Podrás ver al óxido "levantarse" del metal y manchar la pasta. No dejes la pasta en el metal por más de 10 minutos.

Lava la pasta de blanqueador para madera. Utiliza una lavadora a presión o la manguera de jardín para lavar toda el área. Una vez que esté limpia, ataja cualquier resto de óxido o manchas de óxido con el cepillo de cerdas metálicas hasta que desaparezca por completo.

Limpia todo el metal galvanizado. Utiliza la lavadora a presión o la manguera y los trapos para limpiar con detergente líquido para limpiar el área completa y asegurarte de que has retirado todo residuo de óxido y ácido oxálico. Seca el metal en lugar de dejar que se seque con el aire para evitar que se forme óxido de manera instantánea.